martes, 12 de octubre de 2010

Destete

Parece que Raph va decidiendo que ha llegado el momento. Por ahora toma según noches.
Yo, bueno me voy haciendo a la idea. Desde el principio decidí que se haría cuando él lo decidiera.
Esto nos deja ahora desarmados frente a "la hora de ir a la cama". Hasta hoy no necesitabamos un ritual para ir a la cama. Habrá que crearlo!

He encontrado un artículo interesante sobre este tema:

"NO se recomienda ya el uso de medicamentos que cortan la leche, pues pueden tener efectos adversos importantes, como reacciones adversas tales como embolias, y convulsiones (bromocriptina).

El destete puede hacerse lentamente y de forma parcial. Cuando un bebé es grandecito, se puede hablar con él, llegando a razonar mucho más de lo que la gente cree (eso de que “los niños no se enteran” no siempre es cierto…). A veces, la madre se plantea un destete porque hay alguna situaciones donde no le apetece dar pecho: delante de la gente, a la hora de dormir, en la calle….. etc. Probar siempre un pacto es mucho menos traumático y mucho más beneficioso que inclinarse directamente por un destete definitivo. A esta práctica se la conoce como destete parcial. El más difícil de lograr es el destete en las tomas nocturnas, donde además del factor alimentación, está presente una fuerte carga emocional, que hace estos momento muy importantes para la relación madre-hijo. Antes de destetar, sería interesante que los padres leyeran algún libro orientativo, como puede ser el “ felices sueños ” de Elizabeth Pantley libro que da otras opciones a padres e hijos sobre el momento de ir a dormir, y donde encontraremos estrategias reales que poner en funcionamiento.

Como hemos dicho anteriormente, hay dos situaciones para el destete: el destete natural (es el niño el que decide que deja de mamar) y el destete inducido, a iniciativa de la madre.

Cuando el destete se hace por iniciativa del hijo , es éste el que va a marcar la marcha. Hay algunos niños que dejan el pecho de forma radical, sin mediar pacto y sin que coincida con ninguna cosa en particular. Otros, van dejando de tomar poco a poco, se saltan tomas y piden otras cosas en su lugar, generalmente afecto. A veces, esta disminución no se hace de forma uniforme, sino que hay días en las que se piden más y en unos días, vuelven a pedir nuevamente menos. A veces, este tipo de destete, puede causar tristeza y frustración en la madre, que no desea que este momento llegue aún. Es importante compartir estos momentos con otras madres que hayan pasado el trance, pues nos ayudará a superar el proceso (muchos asemejan estos momentos a una situación de pérdida real, llamado proceso de duelo, y que ha de superarse poco a poco). Algunas madres llegan incluso a sentirse culpable y buscan posibles causan que realmente no existen.

Un nuevo embarazo puede tener un papel en el destete del hijo anterior. Debido a los cambios de la leche durante el embarazo (menor volumen, distinto sabor) muchos niños se destetan solos en esta época. Otros prefieren seguir mamando, y continuar haciéndolo tras el nacimiento del nuevo hermano. A esta situación de dos niños de diferentes edades mamando a un tiempo se la ha llamado “lactancia en tándem”.

Cuando el destete es a iniciativa de la madre , la cosa cambia. . Si la madre quiere iniciar el destete es mejor sugerirle que intente planearlo y hacerlo paulatinamente . El pecho es mucho más que alimento y hay que hacer comprender a la madre que su hijo va a necesitar doble ración de atención, mimos y cariños. Por ello, no es recomendable iniciar un destete, sobre todo brusco, haciéndolo coincidir con momento de gran cambio en la vida del niño, tales como el inicio del colegio, enfermedad de la madre y cambio de la situación laboral de alguno de los progenitores. El destete planeado para el niño mayor de un año puede ser una experiencia positiva si la madre consigue encontrar alternativas aceptables para ambos: cambios de rutinas, que la madre se anticipe a las tomas con alternativas y distracciones.

Cuando el niño tiene más de un año la madre puede “negociar” con él o lograr que aplace alguna toma.

Una vez confirmado que la madre realmente quiere el destete y ha entendido lo que ello implica, describiremos brevemente las estrategias que se recomiendan para hacer un destete paulatino.

Estrategias:

1. No ofrecer, no rechazar. No garantiza el tiempo que pueda prolongarse el destete. Es el menos doloroso para el niño.

2. Distracción. Se trata de identificar los momentos, lugares y circunstancias en los que el niño suele pedir el pecho, y anticipar alternativas al amamantamiento, para que el niño dirija su atención hacia algo nuevo y atractivo en vez de hacia la pérdida de algo entrañable como mamar.

3. Sustitución. Se ofrece comida o bebida al niño para evitar que pida el pecho por hambre. No se trata de sobornarlo con golosinas para que deje el pecho. Sólo funcionará cuando el niño tenga hambre. Hay que tener en cuenta que los niños también maman por afecto hacia su madre, para sentir su cercanía, por consuelo si están cansados, frustrados o con miedo.

4. Aplazamiento. Con un niño que ya nos entiende se puede negociar el demorar una toma. El niño debe ser lo bastante maduro para aceptar la espera. Se le puede ofrecer algo que le mantenga contento mientras tanto.

El destete por abandono , es decir que la madre se separe del niño por unos días, no es recomendable, ya que el niño no solo se ve privado bruscamente de la leche de su madre, sino también de su presencia, que es vital para su salud afectiva y emocional.

El destete, al igual que la lactancia y cualquier punto importante en la crianza de un hijo, debería recordarse como algo que se hizo de forma agradable y dejando recuerdos gratos para ambos. Este cambio, tan importante para ambos, deberían afrontarlo juntos, no cada uno por su lado y llorando su pérdida.

Los sentimientos que tiene la madre acerca del destete son importantes, es necesario que se muestre cariñosa, atenta y animada con su hijo mientras dure el proceso. Si se sintiera culpable podría estar poco cariñosa con su hijo con lo que el pequeño es posible que se volviera ansioso y que exija el pecho con mayor frecuencia.

Uno de los beneficios de un destete paulatino y programado es que la madre puede ser flexible e ir adaptándose a las circunstancias según surjan.

Además el destete no tiene por que ser “todo o nada”, por ejemplo la madre podría optar por dar el pecho al niño sólo en aquellos momentos más importantes para él (el momento del sueño) y esperar a que esté más dispuesto a dejarlo.

Si un bebé se enfada de forma exagerada o llora e insiste en tomar el pecho a pesar de los intentos de distracción, es posible que el destete vaya muy rápido para él.

Aunque el pequeño no proteste ante los métodos de destete puede que se den otras señales que indiquen que el destete está perturbando al niño, pues este puede tartamudear, muchos despertares nocturnos, más que antes del destete, mayor apego a la madre, apego excesivo a un objeto, tener temor a la separación, morder……etc.

Todos estos síntomas pueden o no deberse al destete, y si la madre se siente preocupada puede aplazar el destete para ver si desaparecen.

Las características de la leche materna, en contra de las creencias populares, se mantienen y adaptan según van evolucionando las necesidades del bebé y según el momento del proceso destete en el que nos encontremos. A menor hambre, menos succión y menor estimulación para el pecho, que produce menos leche. Existen algunos estudios que evalúan los cambios en la composición de la leche materna durante el proceso del destete La concentración de proteínas aumenta hasta el 142% del basal, los lípidos mantienen su concentración, el hierro aumenta hasta el 172%, el calcio permanece constante y el zinc disminuye hasta el 58% del basal. Los factores inmunitarios se mantienen durante el destete gradual. También el sabor cambia, tornándose la leche algo más salada que antes, sobre todo al aumento de la concentración de sales minerales (principalmente de sodio).

El destete, como hemos dicho, es un proceso gradual. Cuanto más dure, menos traumático será. De esa forma, poco a poco, el pecho vuelve nuevamente a su situación inicial de reposo, dejando de producir leche, pero sin llegar a provocar problemas, tales como ingurgitación, obstrucción o mastitis en la madre. De hacer un destete de forma brusca, debemos prestar especial cuidado a nuestros pechos, para buscar cualquier signo anormal, tal como dolor, rojez o calor, y no dejarlo evolucionar mucho más. En caso de encontrarse el pecho muy lleno, intentaremos vaciar sólo un poco de leche, lo necesario para que mejore la sensación de opresión, sin llegar a sacar mucho, pues cuanto más saquemos, más produciremos. En caso de rojez y/o dolor, actuaremos como si tuviéramos una obstrucción o mastitis, aplicando calor local y medicación antiinflamatoria. En caso de fiebre, es mejor acudir al médico habitual. Si durante el destete a indicación de la madre aparecen estos síntomas, puede ser una señal de que estamos llevando el destete demasiado rápido. Démonos un poco más de tiempo a nosotras y a nuestros cuerpos.

En niños mayorcitos (los que ya saben beber en vasos de aprendizaje o incluso en vaso normal) no tiene sentido empezar a usar el biberón para dar líquidos y comidas, pues estamos introduciendo un objeto que tendrá que abandonar nuevamente tarde o temprano, con el consiguiente gasto emocional que ello implica.

Fuente: http://www.lactando.org/infolac/destete.html

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